¿Qué provoca la ansiedad?

La ansiedad suele aparecer cuando algo no funciona del todo bien en nosotrxs, como una señal de aviso de que estamos dirigiendo nuestros esfuerzos hacia un punto que no nos provoca bienestar. 

Esto puede tener un origen diferente en cada unx de nosotrxs. Descubrir cuál es, es imprescindible para poder solucionar la auténtica base del problema.

De lo contrario, sería como querer arreglar una fuga únicamente achicando el agua (ansiedad), sin arreglar la tubería (problema/s que hacen que se manifieste).

A pesar de que en la mayoría de las ocasiones podemos interpretar que la ansiedad tiene un origen claro externo y de gran envergadura, hay muchos casos en los que su manifestación proviene una baja autoestima, búsqueda de aprobación externa, falta de confianza, exigencia extrema, mala gestión emocional… Los síntomas ansiosos son muy variados y súper molestos, en ocasiones son incapacitantes y limitan mucho en el desempeño diario.

Entre ellos, no poder dejar de pensar, dolores de cabeza, irritabilidad, disnea, palpitaciones, dolores de cabeza y espalda, etc. El tratamiento a veces debe incluir reducir el miedo a la ansiedad, porque aunque este no fuera su origen puede ser un claro mantenedor de la misma. La gestión de los pensamientos que la provocan, respiraciones, relajaciones y la práctica en atención plena son algunas de las técnicas empleadas.

¿Cómo llega la depresión?

Sentirse triste o desesperanzado en algunas ocasiones es parte de la vida. Sin embargo, en ocasiones esta sensación va más allá, se apodera de ti y pasa a formar parte de tu día a día haciendo que lo veas todo con un filtro en blanco y negro. Dejas de disfrutar de las cosas que antes te encantaban, te sientes sin energía y sin ganas de lo que está por venir.

Te acompaña un vacío existencial que te impide sentir cualquier tipo de emoción, haciendo la vida una auténtica carrera de obstáculos. Existen multitud de factores que pueden estar detrás de este diagnóstico, y no necesariamente debe de haber ocurrido un acontecimiento traumático. En ocasiones la mochila que llevamos a cuestas pesa demasiado.

Mi enfoque terapéutico

Como profesional, estoy especializada en el enfoque psicoterapéutico integrativo. ¿Qué quiere decir esto? Que según las necesidades del paciente, aplico las técnicas propias de la rama psicológica que mejor se adapte a la persona con la que estoy trabajando en ese momento.

Sin embargo, según mi experiencia profesional, el más utilizado es el enfoque cognitivo-conductual (TCC). En él se trabaja tanto con los pensamientos como con las conductas, ya que se retroalimentan mutuamente.

Descubrir de dónde vienen estos engaños del pensamiento ayuda a no hacerles caso, y cuestionar las creencias que los sustentan hará que cambien también nuestras conductas.

La técnica de aceptación y compromiso es muy efectiva en este proceso. Es importante aceptar las situaciones vitales que no dependen de nosotrxs y adquirir herramientas que nos permitan gestionarlas de forma efectiva.